viernes, 1 de abril de 2011

Introducción


Me permito sin permiso, si la memoria no me falla, de mi querido y distanciado amigo J.P.F, pues si no me equivoco fue él quien creó el logotipo y el eslogan del nombre que encabeza lo que va ser esta sección hasta las próximas elecciones municipales del veintidós de Mayo. Pido perdón a los pueblos de nuestra comarca por centrarme en Buñol y en especial a los lectores por mi desconocimiento personal sobre cualquier dato preciso que tenga que ver con las políticas municipales. Mi pretensión no es otra que la de invitarles a la reflexión desde mi forma de ver las cosas, una opinión de un individuo-como otra cualquiera-cuyos motivos van desde la pura vanidad hasta el profundo amor que siento por esta tierra que me dio casi todo lo que siento y pienso, tanto lo acertado como lo contrario.
Pretendo transmitirles con estas palabras y en próximos artículos mi personal visión de la historia política de Buñol desde las primeras elecciones hasta hoy, quizá muy simplificada por falta de tiempo, espacio y posiblemente ganas, la versión ampliada daría para un libro seguramente. Quizá soy demasiado atrevido... pero qué más da. Trataré de ser lo más sincero posible sin perder de vista el miedo que impone crearse enemigos simplemente por el hecho de discrepar o tener una visión diferente de la realidad, ya sabemos como se las gastan algunos de nuestros políticos y conciudadanos con las personas que se han atrevido a opinar de forma contraria o diferente a la suya. Desde dimes y diretes, insultos y amenazas hasta en algún caso extremo de violencia verbal sin querer irme más lejos. Conozco hasta amistades rotas y demás barbaridades que nunca querré entender. La política no sirve para esto, la política en democracia sirve para todo lo contrario, su resultado debería ser el mejor para entendernos y ponernos de acuerdo en nuestra dimensión social, sencillamente porque las urnas son las que entregan el mando y punto, nos guste o no.
Sirva la historia reciente para que entendamos. En las primeras elecciones democráticas, después de la dictadura franquista, ganó las elecciones el PCE, tras ellos el PSOE , después la UCD y ARDE. En aquella época todo era nuevo, no había experiencia política salvo en la clandestinidad y el partido ganador supo estar a la altura de las circunstancias, en primer lugar pactó un gobierno de izquierdas con el PSOE digno de una coherencia política que ya nos gustaría hoy, en segundo lugar ofreció competencias a todos los concejales, sin mirar el signo, y ellos las aceptaron consiguiendo así que todos los elegidos pudieran trabajar por Buñol en las distintas áreas de esta joven e incipiente institución. Y la tercera, y no por ello menos importante, vertebró un sistema de participación política y ciudadana componiendo la mayoría de concejalías con, al menos, una persona de cada partido más personas independientes con interés de participar. Personas mayores con experiencia, jóvenes con ganas de aprender, personas con inquietudes y un largo etc formaron parte de todo aquello. Había ilusión por cambiar las cosas y se olía en el ambiente. Había ilusión y participación en el Ayuntamiento y eso se transmitía en la calle. El ambiente era diverso y emocionante e incluso la institución se encontró con una cierta oposición cultural y musical, eran los primeros grupos anti- sistema, fueron también ellos una gran valor dinamizador en la sociedad de la época. Se recuperó también la revista de información municipal Voces de Buñol consiguiendo un medio de comunicación para transmitir las ideas y todo lo acontecido en el municipio. Pero fueron más las revistas, fascines y demás publicaciones que surgieron de una manera espontánea e independiente entre grupos más alternativos. La riqueza humana en la sociedad del momento les aseguro que llegaba a ser profundamente gratificante. Entonces la oposición se hacía con la música, con la pintura, con discoforums, con fiestas, con revistas, con panfletos llenos de humor y sátira, en definitiva, con inteligencia. Hasta los partidos tenían sus propias revistas, comunicados y las asambleas se llenaban de gente. Buñol entonces no solo estaba en primera línea por su economía sino por su nivel político, cultural, musical, festivo, organizativo y sobre todo por su dinamismo social y humano. Todos los partidos tenían un compromiso mayor que el puramente electoral, gracias a todos se pudo conseguir que aquello ocurriera.
No vayan a pensar que soy de los que piensa como Jorge Manrique que todo tiempo pasado fue mejor, objetivamente lo digo pero tratando de no idealizar, también entonces las miserias humanas aparecían y no pocos conflictos tuvieron que ser superados.
¿Qué ha pasado, qué hemos hecho ó no hemos hecho para que la mayoría de estas cosas hayan desaparecido?
Intentaré responder a esta y otras preguntas en próximas entregas, mientras espero que ustedes comprenda la esencial importancia de una sociedad bien vertebrada y el valor que tiene la participación ciudadana, la ilusión y el absoluto compromiso con las personas. Las enfermedades sociales son producto de una mala gestión política, de ahí que no se deba dejar en manos exclusivamente de los gobernantes.

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