martes, 2 de agosto de 2011

El verdadero Cambio 2


La política es apasionante. Cuando verdaderamente existe. La política es un arte. Y el arte implica conocimiento, virtud, disposición y habilidad. Lo que hoy consideramos política, en general, no es nada de esto.
Cualquiera de nosotros puede leer u ojear simplemente, la prensa, o mirar y escuchar los telediarios. Sin muchos esfuerzos nos percatamos de lo evidente: O no es política lo que nos transmiten o la política no es un arte. Me inclino por estar de acuerdo con la primera premisa.

Desde el ámbito local, pasando por el nacional y llegando al internacional vemos como las prioridades se confunden (muchas personas se muere de hambre mientras una parte de la “humanidad” vivimos en el exceso), el individuo está en un plano tan infravalorado que apenas se vislumbra su importancia(no hay más que ver el tratamiento que se le da a la educación y sus nuevas y peligrosas leyes), el mimetismo político en base a lo que compra votos es tan grande que es más difícil conocer las verdaderas ideas que la fórmula de la coca cola.

Y lo más jodido no es esto. Lo jodido es que las personas, nosotros, aceptamos tranquilamente estas fórmulas inadecuadas como si se tratase de una realidad inmutable. Como si en verdad esta mierda, fuese la panacea de la sociedad y la vida: La sociedad del bienestar. Yo la llamaría la suciedad del bienestar. Hay tanta miseria en todo el mundo de las relaciones, desde las individuales, hasta las institucionales y sociales, que vamos a conseguir ahogarnos en nuestros propios vómitos. Y ni siquiera reaccionamos. Quizá no nos damos cuenta. Sería la única excusa razonable.

He conocido a personas que tenían ideas, excelentes, limpias y tolerantes ideas. Convertidas mediante un proceso mimético en estupideces igualadas a lo “políticamente correcto”.
He visto a buenas personas creerse que “el fin justifica los medios” y que hay que despabilar si  se quiere conseguir el poder político para beneficio de los demás. Vuelvo a repetirlo: Su propio interés. Y por cierto no tendría nada de malo si las ideas, los valores y la moralidad no fuesen a parar al retrete.

Lo que me horroriza no es la política internacional y nacional. Eso es muy difícil de cambiar. Se hará lo que se pueda poco a poco y desde la actitud y la educación. Me horroriza que en la política local, en la única política en la que en verdad alguna vez he creído está ocurriendo lo mismo. Por ser alcalde, por ser concejal, por dominar como grupo. Vaya tela. Esto si me preocupa. He visto como amigos se convertían en perros de presa dispuestos morderse entre sí. He visto como personas, por mi idealizadas en otros tiempos, se convertían en pequeños napoleones buscando guerras con el solo propósito de ganar batallas y botines. Me parece sencillamente increíble y ocurre en la realidad. ¿Cómo es posible?

La política es apasionante. La política es un arte. La vida es nuestra única riqueza.
¿Por qué la destruimos?
¿Por qué no buscar y luchar y trabajar  por lo mejor?



* El Verdadero Cambio 1 y 2 están escritos en Noviembre del año 2003.

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